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By Arzobispo Gregory M. Aymond
Estamos en medio de la temporada de Adviento. ¿Pudiera recordarnos, qué es el Adviento?
El Adviento es una celebración del pasado, presente y futuro. Es una oportunidad para mirar atrás al pasado, y celebrar el día en que nació Cristo, plenamente humano pero divino. El Adviento también, involucra el presente, ya que estamos invitados a pedir los ojos de la fe, para ver a Jesús revelándose a nosotros de manera sutil, y no tan sutil, todos los días. Finalmente, el Adviento es un tiempo para mirar hacia el futuro, y estar preparados para cuando Jesús regrese en gloria. Si celebramos el Adviento como pasado, presente y futuro, nos ayudará a hacer dos cosas: nos ayudará a celebrar la Navidad de una manera más alegre, y también, nos ayudará a no tener miedo a la muerte, ya que estaremos listos para encontrarnos con nuestro Señor, cuando seamos llamados a casa.
Mientras encendemos las velas de la corona de Adviento este fin de semana para el tercer Domingo de Adviento, encendemos la vela de color rosa o rosada. ¿Qué significa esto?
Creo que es importante recordar que, las cuatro velas de Adviento, refuerzan el contraste entre la oscuridad y la luz. En las Escrituras se hace referencia a Cristo como la “Luz del Mundo” en marcado contraste con las tinieblas del pecado. Cada semana, a medida que se acerca el advenimiento (venida) de Cristo, encendemos otra vela para disipar la oscuridad. El primer y segundo y cuarto cirio son de color púrpura, representando los colores litúrgicos que significan, oración y penitencia. El tercer domingo de Adviento, que celebramos este fin de semana, se llama domingo de Gaudete (Regocíjate) y encendemos una vela rosa, como símbolo de alegría: el Salvador ya casi está aquí. Este fin de semana, nos encontramos con que el tono de las lecturas de la Misa, cambia mucho a medida que la gente es llamada a "gritar de gozo", "alegrarse" (Sofonías 3:14) y "alégrense" (Filipenses 4: 4). Es interesante que, en este tercer domingo de Adviento, Domingo de Gaudete, haya muchas celebraciones culturales en las que la gente bendice sus imagines navideñas o, más concretamente, la figura del Niño Jesús en preparación para la celebración de la Navidad.
Este año, parece que nuestra comunidad ha tenido que soportar muchas cruces, desde los picos de COVID-19, hasta el huracán Ida y más. ¿Cómo podemos utilizar la temporada de Adviento para reflexionar sobre estas experiencias?
Primero, quiero expresar mi continuo cuidado y mis oraciones, por aquellos que se han visto afectados por la pandemia de COVID y, por aquellos que todavía luchan por recuperarse del huracán Ida. Hay varias parroquias de las que tengo conocimiento que han agregado sobrevivientes del huracán Ida, a sus árboles “Angel Giving “para que podamos ofrecer apoyo material para aquellos que están reconstruyendo. Estoy agradecido de que la Iglesia local, continúe estando presente, y ministrándoles en el largo camino hacia la recuperación. Espiritualmente, sabemos que el Adviento es, un tiempo de espera y preparación. Para todos nosotros, los animo a reflexionar sobre todas nuestras cruces, como oportunidades para crecer en la relación con Cristo, mientras preparamos nuestros corazones con fe y esperanza, para su venida en Navidad, y al final de nuestras vidas.
Las preguntas para el Arzobispo Aymond pueden enviarse a: [email protected].