La gratitud por las bendiciones de Dios, es una disciplina santa

Se acerca el Día de Acción de Gracias, y el mundo ha experimentado 18 meses de grandes desafíos. ¿Cuál es su mensaje para quienes puedan estar sufriendo la pandemia, o recuperándose de otro desastre natural?

Ciertamente han sido tiempos difíciles, pero Dios es fiel y, no nos abandona. Es posible que muchas personas no se den cuenta de que la palabra “Eucaristía”, significa Acción de Gracias y, en última instancia, para los Católicos, el Cuerpo y la Sangre de Cristo que, nos sostienen en tiempos de desafío y sufrimiento. Todavía, estamos en el Año de la Eucaristía, y al acercarnos a la fiesta de Acción de Gracias, somos especialmente conscientes de que, la Eucaristía, es nuestra Oración de Acción de Gracias por el abundante amor de Dios, al darnos el Cuerpo y la Sangre de su Hijo, el Señor Jesús. Una de las mejores formas de celebrar el Día de Acción de Gracias, o la víspera de Acción de Gracias es, asistir a Misa y, agradecer a Dios por las bendiciones que hemos recibido.

Ha hablado de esto durante muchos meses con personas que están sufriendo. ¿Cómo le ha ido?

Durante el último año y medio, hemos tenido muchas, muchas tormentas. Algunas han sido tormentas literales, como el huracán Ida. Otras tormentas han sido la pandemia y, nuestros propios desafíos personales, al tratar de navegar las dificultades de la vida, como la soledad, la enfermedad, el aislamiento, el desempleo y las tensiones familiares. En medio de esos desafíos, le hemos ofrecido a Dios nuestras oraciones de petición, pidiéndole a Dios lo que necesitamos. Incluso, en medio de nuestras necesidades, agradecemos a Dios por su amor incondicional, y por la forma en que nos muestra su misericordia. La Acción de Gracias, también, es una oportunidad para expresar gracias no solo a Dios, sino también, a otros a quienes Dios ha puesto en nuestras vidas, para hacer una diferencia y, hacer que su amor sea más concreto. Sería una gran práctica, que al acercarnos a la fiesta de Acción de Gracias, comunicar nuestras palabras y sentimientos de agradecimiento a personas específicas. A menudo agradecemos a las personas por lo que hacen, pero sería bueno, agradecer a alguien por lo que es y, por su amor y cuidado en nuestras vidas. También, pensamos en aquellos que se sienten solos o afligidos, o que todavía luchan de muchas maneras. Tenemos que ir más allá de nuestras propias vidas, para abrazar a los demás y, elevarlos al Señor. Desafortunadamente, hay algunos en el Día de Acción de Gracias que, pueden sentir que no tienen nada por lo que estar agradecidos y, que no pueden ver algunos de los dones de Dios. Así que, incluyámoslos en nuestra Misa del Día de Acción de Gracias.

¿Tiene la sensación de que la gente tiene la esperanza de que, la reciente espiral descendente en los casos de COVID, sea un rayo de luz?

Siempre es una gran noticia, cuando podemos volver a actividades más regulares, como el tiempo en familia. Hemos pasado por muchas cosas como pueblo de Dios. Doy gracias a Dios por todos los trabajadores de la salud, maestros, padres y socorristas que, se han sacrificado de tantas maneras para mantener a nuestras familias seguras. Su testimonio heroico, debe ser elevado constantemente a Dios en agradecimiento. San Ignacio de Loyola, tuvo mucho que decir sobre la “disciplina de la gratitud”. 

¿Qué significa eso para usted?

Muchos recordarán que, la vida de San Ignacio, cambió debido a su roce con la muerte: fue gravemente herido por una bala de cañón en una batalla. Dios, usó su recuperación para crear tiempo, para que él, reflexionara sobre su vida anterior de vanidad y prestigio. La respuesta de Ignacio a su asombro por haber sido tan bendecido por Dios es el “Suspice”, su oración más famosa. Es simple, y tiene mucho que enseñarnos: “Toma, Señor, y recibe toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad, todo lo que tengo y poseo. Me lo has dado todo. A ti, oh Señor, te lo devuelvo. Todo es Tuyo, deséchalo completamente de acuerdo a Tu voluntad. Dame tu amor y tu gracia, porque esto me basta”. La gratitud nos forma para la santidad.

Las preguntas para el Arzobispo Aymond pueden enviarse a: [email protected].