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Este fin de semana, celebramos la Fiesta del Bautismo del Señor, y en la Arquidiócesis de Nueva Orleáns, comenzaremos la celebración del Año de la Eucaristía y San José. ¿Podría explicar, por qué ha decidido dedicar un año a esos dos propósitos?
La Misa es el centro de lo que somos, y muy a menudo, la gente no comprende completamente el significado de la Misa y, la teología contenida en la Ella. Nuestro primer objetivo es explicar las diversas partes de la Misa y, su significado a nuestro diario vivir. En segundo lugar, las encuestas muestran que muchos Católicos no comprenden la teología de la presencia real de Cristo en la Eucaristía. La Eucaristía, no sólo “señala” a Cristo, es Cristo. El pan y el vino se convierten en el cuerpo y la sangre de Cristo. Y, en tercer lugar, esperamos con ansias el momento, cuando termine el COVID-19, cuando podamos regresar a la Iglesia para la celebración de la Misa.
Sí, los Católicos tienen la obligación de celebrar la Misa el domingo, pero ¿por qué hay una obligación? Nos gustaría profundizar en el significado y, la historia de la obligación. Se remonta incluso a los Diez Mandamientos, cuando se nos dice que “santifiquemos el día del Señor”.
Una de las cosas que ha enfatizado es que, la Misa es un acto de adoración que incluye tanto, la Liturgia de la Palabra, como la Liturgia de la Eucaristía. ¿Puede explicar eso con más detalle?
A veces, se nos pasa que, la mesa de la Palabra, nos lleva a la mesa de la Eucaristía. Si nos remontamos a las primeras comunidades cristianas, se reunían y leian las Escrituras judías, contaron historias sobre Jesús y, luego celebraban la Eucaristía. Creo que hemos perdido ese sentido, porque nuestra celebración, está muy formalizada. La Iglesia, deja en claro que, no son dos cosas separadas, sino, un solo acto de adoración divina. Comemos la “Palabra”. La Palabra nos nutre. Se supone que debemos ser alimentados en la mesa de la Palabra, como Dios nos habla, que nos lleva a la mesa de la Eucaristía, donde recibimos el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
¿Cómo se añadió la celebración de la vida de San José, al Año de la Eucaristía?
Ya habíamos planeado el Año de la Eucaristía para la arquidiócesis, cuando el Santo Padre, anunció el 8 de diciembre que, el 2021 sería un año dedicado a San José. Entonces, para continuar con nuestros planes y honrarlo, lo convertiremos en un año dual de la Eucaristía y, San José.
Si miras fotos, San José siempre está mirando al niño Jesús, por lo que no tendría ningún problema en compartir esto con su hijo adoptivo. Si fuera solo un año de San José, estaríamos apuntando a Cristo, de todos modos. Así es como oramos en la Iglesia. Creo que los dos enfoques, definitivamente van de la mano, y tendremos algunos eventos especiales y, algunas oraciones especiales que pueden usarse para honrar a San José y, para aprender más sobre la Eucaristía. San José, de todas maneras, nunca querría que lo señalemos a él. Él siempre querría que nos enfoquemos en Jesús.
Mencionó antes, que la gente le ha dicho a usted y a otros sacerdotes, cuánto anhelan la Eucaristía y, cuánto extrañan estar en la Iglesia con toda la comunidad parroquial, lo que no ha sido posible durante COVID. Sin embargo, ¿le preocupa que la asistencia a Misa vuelva a niveles normales, cuando se levanten las restricciones del distanciamiento social?
No estoy en la penumbra y la fatalidad. Nuestro objetivo es que, la celebración de la Misa, tenga sentido para que la gente quiera volver. Estamos aprovechando el hambre de la Eucaristía. Me ha sorprendido la cantidad de pastores que me han dicho que, su número de asistencia a Misa, sigue aumentando.
Quiero dejar claro que, la propagación de la enfermedad, no se remonta a nuestras Iglesias o escuelas. Se remonta a otras grandes reuniones en las que la gente no usa máscaras. Hemos tenido mucho cuidado de pedirles a los asistentes a la Misa que, se cubran la cara y, que tengan distanciamiento social.
Varios feligreses se me acercaron llorando y, me dijeron cuánto extrañaban la Eucaristía, cuando no podían asistir a la Iglesia. Queremos invitar a las personas que se han sentido muy cómodas viendo la Misa en casa, a que traten de regresar a la Iglesia, cuando sea el momento apropiado. Mientras tanto, entendemos definitivamente que algunas personas no pueden venir y, que algunas personas tienen miedo de venir, y lo respetamos. Esperamos con esperanza el día en que volvamos a estar todos juntos, adorando alrededor de la mesa de la Palabra y, la mesa de la Eucaristía.
Las preguntas para el Arzobispo Aymond pueden enviarse a: [email protected].