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¿Cómo ha sido para usted, ver las noticias desde el 23 de febrero, cuando Rusia invadió Ucrania?
Es devastador ver la vida de las personas, no solo interrumpida, sino también, ver el mal arrebatándoles su libertad y, causando una destrucción increíble. Ciertamente, me está conmoviendo, es simplemente desgarrador, ver estas imágenes todas las noches en la televisión, y en otras redes sociales. Estamos en medio de una guerra, y la estamos viendo en tiempo real. Esta guerra es malvada, porque parece que no hay necesidad humana para esto. Se estima que, 2 millones de personas han huido de Ucrania, y miles de hombres, mujeres y niños (civiles) han sido asesinados.
El Papa Francisco, ha sido muy elocuente, sobre lo que ha llamado la “locura” de la guerra.
En su discurso del Angelus del 6 de marzo, el Santo Padre oró por la paz, y dijo que, el Vaticano está dispuesto a hacer todo lo posible “para ponerse al servicio de la paz”. El Papa Francisco habló sobre los “ríos de sangre y lágrimas” que están fluyendo en Ucrania. Ha enviado a dos cardenales a Ucrania: el cardenal polaco Konrad Krajewski, que dirige la oficina de caridades papales, y el cardenal canadiense Michael Czerny, presidente interino del Dicasterio para la Promoción del Desarrollo Humano Integral. Su presencia es una vía para la Iglesia Católica, para acercarse al sufrimiento del pueblo ucraniano y decir: “¡La guerra es una locura! ¡Deténgala, por favor! ¡Mira esta crueldad!” El Santo Padre, también, ha pedido a todas las personas de buena voluntad, que se unan a los enormes esfuerzos humanitarios, para que la ayuda llegue a las zonas sitiadas. Dijo: “Sobre todo, abogo por el fin de los ataques armados, para que prevalezcan las negociaciones, y que prevalezca el sentido común, y por el retorno del respeto por el derecho internacional”.
Ha pedido a las personas dentro de la Arquidiócesis de Nueva Orleáns, a que envíen sus propias contribuciones.
Las contribuciones pueden enviarse directamente a nosotros a (7887 Walmsley Ave., New Orleans, LA 70125) o entregarlas a sus Iglesias parroquiales, y agradeceremos esas contribuciones. Luego, enviaremos ese dinero de ayuda a los obispos Católicos de Ucrania, quienes sabrán mejor cuáles son sus necesidades.
Solo podemos imaginar lo que está ocurriendo a estas personas que han perdido sus hogares, y sus medios de subsistencia. El bombardeo ha sido tan indiscriminado. Nuestro ferviente ruego a todos es que, esto no termine en la Tercera Guerra Mundial, especialmente, en una era de armas nucleares.
¿Hay alguna esperanza que vea en el horizonte que, pueda presionar a Putin para que cambie de rumbo?
Estados Unidos y otros países han colaborado para imponer sanciones a Rusia, pero solo el tiempo dirá si esas sanciones lo detendrán.
Mientras tanto, en los EE. UU., los precios en la bomba de gasolina y, de casi todos los demás productos básicos, se han disparado.
Nuestro estilo de vida está cambiando debido a esto, es un inconveniente para nosotros, pero es la vida o la muerte para la gente de Ucrania. Nuestra oración y ofrenda sacrificial son muy importantes.
Las preguntas para el arzobispo Aymond pueden enviarse a [email protected].